Cómo Abordar Conversaciones Difíciles: Perspectiva Estoica y Psicológica para Comunicar con Serenidad
Aprende cómo abordar conversaciones difíciles desde la perspectiva del estoicismo y la psicología. Descubre técnicas para comunicar con empatía, claridad y serenidad, reduciendo la ansiedad y fortaleciendo tus relaciones.
Alma Estoica
12/29/20246 min leer


Si hay algo que es inevitable a lo largo de nuestras vidas, son aquellos momentos donde debemos tener conversaciones difíciles. A menudo, nos encontramos en situaciones donde debemos comunicar noticias que podrían afectar emocionalmente a otros. Puede ser dar feedback (retroalimentación) negativo, terminar una relación, informar sobre una pérdida, dar malas noticias. El estoicismo y la psicología ofrecen herramientas valiosas para manejar estas interacciones con empatía, claridad y fortaleza interior.
Comprender la Naturaleza de la Conversación Difícil
Desde la Psicología:
Las conversaciones difíciles producen reacciones y respuestas contradictorias en el cerebro (tanto físicas como químicas). Esto es debido a que se percibe de ante mano, que se tendrá que afrontar una situación en la que nos veremos afectados por el estrés. El miedo a la reacción de la otra persona, o a manejar emociones intensas (tanto propias como de terceros), puede generar ansiedad, preocupación, nauseas, entre muchos otros síntomas físicos.
Las emociones juegan un papel crucial en la comunicación: cuando las personas sienten que su dignidad o autoestima están en riesgo, es más probable que reaccionen de forma defensiva.
Desde el Estoicismo:
Marco Aurelio aconsejaba: “Si algo externo te causa dolor, no es por la cosa en sí misma, sino por el juicio que haces sobre ella.” El estoicismo nos recuerda que no podemos controlar la reacción de otros, pero sí la manera en que comunicamos el mensaje. Prepararnos mentalmente para cualquier resultado nos permite enfrentar la conversación con calma.
Es bueno también entender que en todas las interacciones humanas, debemos partir desde la comprensión de que cada persona responde según su naturaleza y percepción de la realidad (a fin de cuentas, todos somos diferentes). “Cuando despiertes en la mañana, dite a ti mismo: me encontraré con gente entrometida, ingrata, arrogante, deshonesta, celosa y antisocial. Todo esto les sucede por ignorancia de lo que es bueno o malo.” Esta preparación mental reduce (en cierto modo) la sorpresa ante reacciones negativas, lo que facilita mantener la compostura y empatía en medio de conversaciones difíciles.
Epicteto reforzaba este principio al decir: “No puedes controlar lo que sucede, pero sí cómo respondes.” Aplicar esta enseñanza implica reconocer que cualquier conversación difícil es una oportunidad para practicar la virtud de la paciencia y la templanza, fortaleciendo así nuestro carácter.
Preparación: Reflexión y Claridad Interna
Preguntas Clave a ti mismo Antes de la Conversación:
¿Cuál es el propósito de esta conversación?
¿Qué es lo que realmente quiero transmitir?
¿Conozco el cómo reacciona "esta persona" a este tipo de conversaciones?, ¿Qué debería considerar?
¿Qué prejuicios estoy teniendo sobre esta conversación?
¿Tengo claro cómo puede llegar a desviarse el objetivo de la conversación? (sea por acciones propias o bien de la otra persona)
¿Sólo tengo que comunicar algo, o bien puedo/debo involucrarme en una solución/opciones?
Si hay algo que es fundamental, es primeramente uno ser consciente de la situación que se deberá enfrentar. Epicteto afirmaba que debemos hablar “con rectitud y propósito”. Antes de iniciar una conversación difícil, es esencial reflexionar sobre nuestras emociones y asegurarnos de que no estamos actuando desde la impulsividad o el ego.
Desde la Psicología Cognitiva:
La Terapia Cognitivo-Conductual (TCC) sugiere técnicas como la reestructuración cognitiva, que ayuda a identificar pensamientos automáticos negativos y reemplazarlos por otros más equilibrados. Por ejemplo, si piensas: “Esto va a salir mal”, puedes reformularlo con: “Voy a comunicar esto de la mejor manera posible y manejar cualquier reacción con calma.”
Otra herramienta útil es la visualización guiada, donde se ensaya mentalmente diferentes variantes de la conversación. La idea es buscar la forma de cómo abordar la situación desde distintas perspectivas (¿De qué forma comenzar la charla?, ¿Cuáles podrían ser "supuestas" respuestas de la otra persona?).
Si bien quizás no será posible anticipar con exactitud las respuestas que realmente nos darán (no es cuestión de adivinación), si podremos ganar mayor tranquilidad al estar más preparados. Este proceso reduce la ansiedad, ya que hemos comenzado a afrontarla desde antes (por más que hayan sido escenarios hipotéticos).
Durante la Conversación: Calma y Empatía
Control de las Emociones Propias:
El estoicismo enfatiza la importancia de mantener la serenidad. Séneca decía: “Domina tu ira, o ella te dominará.” La respiración consciente y el lenguaje corporal abierto ayudan a proyectar calma, lo que puede influir positivamente en la otra persona.
Escucha Activa y Validación:
La psicología moderna destaca que escuchar es tan importante como hablar. Validar las emociones del otro no implica estar de acuerdo, sino reconocer su experiencia y admitir su individualidad.
Frases como:
“Entiendo que esto puede ser difícil de escuchar.”
“Valoro mucho tu reacción y aprecio que estés dispuesto a escuchar.”
"Si bien -esta es la situación- quisiera saber cual es tu opinión/ perspectiva."
"Me gustaría escuchar tu versión/visión sobre -esta situación-."
Claridad y Concisión:
Una sugerencia importante, es evitar adornar/ vestir/ disfrazar/ disminuir de manera innecesaria la situación. Sé directo, pero empático y compasivo. Siempre usa un lenguaje sencillo y honesto, y sobre todo, un tono tranquilo y natural. No uses el sarcasmo ni la ironía, ya que son armas de doble filo.
Algo también importante es que contactes a la persona y le digas que debes hablar, en privado. Nunca expongas a otra persona a una situación de estrés delante de otros. Como lo dice el dicho: "Felicita siempre en público, corrige siempre en privado".
“Quiero hablar contigo sobre algo que puede no ser fácil de escuchar, pero creo que es importante hacerlo con transparencia.”
"Necesito que conversemos durante el día de hoy. ¿En qué momento sería mejor para ti?."
"Necesitaría que hablemos sobre -esta situación-. Me gustaría también escuchar lo que tienes que decir por tu parte."
Manejo de la Reacción de la Otra Persona
Aceptar las Reacciones con Serenidad:
No podemos controlar cómo reaccionará la otra persona, pero sí podemos decidir no tomarnos esas reacciones de forma personal. Marco Aurelio decía: “Las opiniones de otros no definen quién eres.”
Espacio para las Emociones:
Permitir pausas durante la conversación brinda tiempo para procesar. Las emociones intensas necesitan espacio para ser digeridas, a la vez que para reaccionar a ellas. Responder con paciencia facilita que la otra persona se sienta escuchada (que no atacada), y da lugar a que la conversación fluya en ambas direcciones, algo que resta presión y frialdad al asunto.
Después de la Conversación: Reflexión y Cierre
Reafirmar el Respeto y la Empatía:
Finaliza reafirmando la relación:
“Gracias por tomarte este tiempo para hablar. Aprecio tu comprensión y estoy aquí para lo que necesites.”
"Si luego necesitas hablar más sobre este tema, dímelo y nos haremos el espacio."
"Si crees que hay algo que yo debería de hacer, podemos conversarlo."
"Entiendo que quizás necesites tiempo para pensar sobre este tema, por lo que dime si necesitas que volvamos a hablar."
"Consideraré todo lo que me has dicho desde tu parte."
Autoreflexión Estoica:
Después de la conversación, reflexiona sin juicio. ¿Podría haberse dicho algo mejor?. El estoicismo nos enseña que cada experiencia es una oportunidad para aprender y mejorar.
Beneficios de Aplicar un Enfoque Estoico y Psicológico
Reducción de la ansiedad: Al concentrarnos en lo que podemos controlar, disminuye el miedo a las reacciones ajenas.
Fortalecimiento de relaciones: La empatía y la honestidad fortalecen la confianza, incluso en situaciones difíciles.
Mayor claridad y propósito: Las conversaciones difíciles, bien gestionadas, aportan crecimiento personal y fortalecen el carácter.












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